El difícil equilibrio entre democracia, justicia y respeto.
Por Rubén López Pérez.
Finalmente ocurrió lo que muchos temían, el Tribunal Constitucional dio el pasado cinco de mayo vía libre a la coalición de partidos de la Izquierda Abertzale “Bildu”, vía libre para que se presente a las próximas elecciones municipales y forales vascas del día 22 de mayo.
Digo lo que muchos temían, porque indudablemente detrás de “Bildu” está la marca de la camaleónica “Sortu”, “Batasuna”… ETA. Para una gran parte de los ciudadanos españoles, la decisión del Tribunal constitucional de revocar la decisión del Tribunal Supremo de excluir al grupo político de los comicios municipales es un gran atentado contra la lucha antiterrorista, una derrota contra ETA, y lo más importante, una imperdonable falta de respeto a las víctimas de la banda terrorista.
Por supuesto, la decisión se ha recibido de muchas maneras. Un sector, encabezado por el Partido Popular y con mayor ímpetu, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, critican duramente la decisión. Por el otro lado, grupos parlamentarios eminentemente de ideología de izquierda lo ven como un paso necesario en el proceso democrático y porque no, un paso más hacia el fin definitivo de la banda.
Aspecto harto separado de la realidad, realmente una cosa no lleva a la otra. En estos días se han visto mensajes de personajes afines a ETA aplaudiendo la legalización de “Bildu”, lo que visto desde cualquier punto de vista, refleja la sensación de triunfo de las personas afines a los terroristas. Un ejemplo particular, es el de el preso etarra Ander Errandonea Arruti, que tras salir esta mañana de la cárcel después de 25 años de condena, enarboló una pancarta de apoyo al partido político junto con sus familiares.
Personalmente soy un poco precavido en cuanto a la decisión. Cuando el tema se trata de ETA, siempre te queda la sensación de estar dando palos de ciego y nunca saber si una decisión es correcta o incorrecta. Pero la verdad es clara, y esta es que “Bildu” según la constitución vigente que engloba las leyes del país, es legal, y de una manera y otra, hay que aceptarlo.
Aún así, viendo las reacciones que emergen de esta noticia, el panorama es preocupante y me lleva a pensar que al final “Bildu” es lo de menos. Lo realmente preocupante es que un tribunal anule la decisión de otro, menor, tan solo cinco días después; preocupante es que se cuestione el juicio y la decisión del máximo tribunal del país; preocupante es que se hable del Tribunal Constitucional como de “el malo”.
Nos guste o no, la democracia se mueve por unos principios definidos, tales como derecho, justicia o igualdad, principios que no se han vulnerado con la legalización de “Bildu”, principios que hay que respetar si se quiere vivir en democracia.
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