martes, 3 de mayo de 2011

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UN THOR MUY SHAKESPERIANO

Por Emmanuel Espinosa Lucas.
Hace dos años, cuando se anunció que la dirección de Thor correría a cargo del norirlandés Kenneth Branagh, más de un fan pegó el grito en el cielo. La razón principal por la que el también actor fue en un principio desaprobado cayó en un simple cuestionamiento: ¿Podrá un director de cintas serias y teatro con el paquete de un blockbuster basado en un cómic?
            Hoy podemos decir que sí. Kenneth Branagh no sólo realizó un filme digno de uno de los superhéroes consentidos de Marvel, sino que lo elevó a un nivel que ni Stan Lee, creador del personaje, hubiera imaginado: el nivel shakesperiano. Como bien sabemos, el realizador originario de Irlanda del Norte es uno de los máximos exponentes teatrales que hay en nuestra época; además carga con el orgullo de ser de los pocos actores que lleva a cabo la obra de Shakespeare con éxito tanto comercial como de crítica.
Así, Thor se revela como un personaje similar, hasta cierto punto, a Hamlet u Otelo: Un príncipe arrogante, soberbio e irresponsable que a través de su exilio de la mítica Asgard tiene que aprender sobre humildad para ser rey. Además el director aborda el conflicto entre hermanos (Loki y el dios del trueno) de una forma humana pero sumamente dramática.
Al talento de Branagh como director se suma un buen elenco. El australiano Chris Hemsworth hace un trabajo aceptable en su primer protagónico. Aunque es más una cara bonita, resulta buen superhéroe. Tom Hiddleston interpreta un Loki sobresaliente, uno de los mejores villanos de las cintas de Marvel. Natalie Portman luce más relajada que en Cisne Negro, por lo que sólo se limita a cumplir, y Anthony Hopkins da, como en la mayoría de las veces, una cátedra de actuación para las nuevas generaciones.
Finalmente, ¿qué sería de una peli de superhéroes sin los recursos técnicos? Aunque Thor sólo vuela en un par de ocasiones (para desgracia de los fans de hueso colorado), no se siente necesaria esta acción; los escenarios de Asgard resultan un agasajo visual y el vestuario es épico, de lo mejor en este tipo de cintas. El único pero es el 3D, que como siempre, al resultar una mera conversión al formato, no convence y sólo hace que gastemos más de nuestros bolsillos.
Con Thor se revela una pieza más del rompecabezas llamado The Avengers (a estrenarse en 2012 y que ya se está filmando). Estemos pendientes. Por lo mientras, el dios del trueno resulta tan disfrutable que el mismo Shakespeare desearía verla con sus palomitas y refresco jumbo.
Twitter: @Lucasvselmundo

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