martes, 5 de abril de 2011

CHISPAZOS DEPORTIVOS

¿Cómo se traduce el fracaso mou?...

Por Enrique Martínez

Treinta jornadas de Liga después, y a pesar de la llegada del ex traductor del Barcelona, el que se supone debía cambiar la historia del Real Madrid, el ciclo ganador del Barcelona de Guardiola no solo continúa si no que gana fuerza con esos ocho puntos de ventaja que tiene sobre el Madrid de Mou. Mourinho puede decir lo que quiera, inventarse en su mundo las conspiraciones que le den la gana o en el peor de los casos mentir, pero su fracaso es indiscutible. Cierto que le queda la Copa del Rey y la Champions League. Se me hace difícil comparar al Barça y al Madrid, a Guardiola y a Mourinho. Este Barcelona y este Madrid, así como los que los dirigen, no están al mismo nivel.
La jornada del pasado sábado marcó definitivamente el rumbo de la liga. Por una parte nos encontramos al Madrid, que, sin sus mejores individualidades, no juega a nada. Como equipo, mostró ante el Sporting todas sus miserias colectivas. Y Mourinho no supo qué hacer. Primero sacó del campo a Granero, el único que tocaba la bocha y podía hacer jugar a sus compañeros, a falta de los demás creativos. Dos horas después, el contraste, Guardiola, sin Xavi, puso a Thiago, una promesa, y con esto uno se pregunta si realmente hay un once titular en el Barcelona de Pep. Pero resulta evidente que a pesar de las ausencias de unos y otros, el club catalán ha seguido fiel a su estilo, jugando muy bien y logrando resultados satisfactorios. Se lesionó primero Carles Puyol, después llegó el susto de Pedro en Sevilla y más tarde sobrevino la enfermedad de Abidal, además de las molestias de Maxwell, el equipo no bajó la guardia y no permitió que eso mermara el vestuario. No estaban “los titulares”, pero estuvieron otros, y aun así el equipo se mostro como nos tiene acostumbrados, con un juego lucido y de propuesta ofensiva, sin Puyol, sin Abidal, sin Maxwell, sin Xavi sancionado, sin Pedro aún reservado, sin Messi, ni Bojan en el banquillo, aún con todo eso, el Barcelona salió airoso de “El Madrigal”, y lo hizo con Busquets de central, con Mascherano en la medular, con el canterano Thiago llevando las riendas y con el holandés Afellay dominando por izquierda. Treinta jornadas después, el Barcelona es más Barça y el Madrid menos merengue. No se pueden comparar. Todo ello demuestra que el Barça es algo más que ese once que casi todos tenemos en mente, porque a la hora de la verdad, los que han entrado lo han hecho tan bien como los que han estado ausentes por una razón o por otra.
El sábado a Mourinho le clavaron una puñalada por la espalda. Preciado, técnico del Sporting, se llevó los tres puntos y dejó al portugués sangrando por donde más les duele. Una Liga menos en su palmarés, un fracaso que no entraba en sus cálculos. Miren si con esto no se siente “jodido” como dirían los españoles (hola Rubén), que se metió su orgullo en el bolsillo y fue al vestuario del Sporting a felicitar a los ganadores. No fue un acto gratuito. Mou debió pensar, ¿qué puedo hacer para que hablen bien de mí los medios informativos? Mejor que hablen de esto que del penoso partido que ha realizado el equipo. Mou es así, se cree más importante que el club. Le preocupa más lo que dicen de él que lo que puedan decir del juego del equipo. Y después de esta visita sorpresa se fue a la rueda de prensa para decir con cara desafiante que un empate a cero contra el Tottenham sería un buen resultado. Con esto puedo decir que Mou no ha logrado traducir el juego del Barcelona. Gracias amigos por su atención, nos leemos en otro chispazo deportivo.
Twitter@kikerra

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