EL GRITO DEL MUERTO

EL JUEGO DE LA MUERTE

La historia de la humanidad se ha vestido con capítulos memorables en todos los aspectos posibles, como los culturales, políticos, sociales, económicos y hasta deportivos, y uno que es poco sabido y mencionado se remonta al año de 1941 en la Ucrania ocupada por los nazis.

Lo que se conocería como el juego de la muerte se origino a partir de la ayuda de un alemán residente en Kiev, capital de Ucrania; su nombre era Iosif Kordik, panadero de oficio, fue el artífice de que lo que se conocería como el FC Start; ya que el panadero alemán, que por cierto era aficionado del equipo de la capital, El Dynamo de Kiev, reconoció de toda la muchedumbre de ucranianos desamparados a uno de sus ídolos, Trusevych, portero del entonces Dynamo, fue así como le dio asilo y lo disfrazo como panadero para salvarlo de la miseria.

Así en su afán de ver a sus ídolos, fue encontrando uno a uno a la mayoría de los jugadores del Dynamo, tal fue la suerte, que tres jugadores del Lokomotiv ruso se unieron al grupo de jugadores que se encontraban refugiados en la imagen de panaderos, panaderos que posteriormente formarían un equipo.

Alentados por el panadero y en si por su amor al futbol –ya que era todo lo que tenían, después de perder todos a sus familias durante la ocupación- crearon el FC Start, nombre que adoptaron debido a la prohibición de utilizar el nombre del Dynamo en temor a las represalias de los nazis; es así como el 7 de junio de 1942, jugaron su primer partido.

Los jugadores, en su mayoría, sino es que todos, eran confesos seguidores comunistas, lo que les trajo problemas por obvias razones. Los juegos los iban ganando uno a uno con escandalosos marcadores que pronto incomodo a los nazis, debido a la gran fama que se estaba haciendo un grupo de panaderos; después de los últimos duelos, se presentaba una prueba dura, el enfrentamiento con un equipo conformado por soldados del ejército alemán, los cuales fueron abatidos 6-2. Nuevamente el FC Start, se enfrento contra los alemanes, contra el Flakelf, equipo integrado por miembros de la Luftwaffe, pero para su mala suerte perdieron 5-1. Esto en vez de ser una buena noticia, reflejaba lo contrario.

Descubierta la farsa de los panaderos, los nazis decidieron ir por ellos y fusilarlos, si no antes vencerlos en la cancha, con el motivo de no crear la imagen de mártires que murieron invictos y gloriosos, además de que los nazis querían demostrar a toda costa la “superioridad aria” de la que tanto alardeaban, por lo que se convoco al partido decisivo, la revancha entre el FC Start y el Flakelf, esto el 9 de agosto de 1942 en el estadio Zenit.

Las presiones al FC Start se dio desde los vestidores, hasta en la cancha, en la que parecía, que más que locales, jugaban de visitantes y con todas cartas en contra, pero aun asi terminaron el primer tiempo ganando 2-1.

Los nazis no esperaron para hacer una cordial invitación al FC Start: “si ganan, los fusilaremos”. El miedo invadió a los jugadores, pero después poco les intereso la advertencia, ya que veían primordial ganar el partido por ellos, por su familia y por su pueblo; con lo que en el segundo tiempo se lanzaron con vigor y furia, quedando 5-3 a favor del FC Start.

De este modo se impuso la superioridad de un equipo de panaderos muertos de hambre contra los súper-hombres alemanes. Si bien los jugadores no fuero fusilado ese día; pocos días después la Gestapo los arresto por supuesto vínculos con la NKVD (policía secreta soviética), con lo que unos fueron torturados hasta la muerte y otros enviados a los campos de concentración, solamente dos miembros sobrevivieron, ya que no se encontraban en el momento del arresto, y a su vez, estos miembros fueron tratados por jerarcas estalinistas como traidores por haber convivido con el enemigo, lo que es una estupidez al 100%.

Y así como este caso, existen bastantes y existirán varios, en los que nos deja ver la impunidad y la sinrazón que ha vivido en episodios la humanidad; pero lo más importante, es que nos muestra como el ser humano, aun en las condiciones más hostiles, se hace valer por sus convicciones, ideales y virtudes para rescatar algo llamado dignidad.

Ejemplos como este, hace vernos que podemos, simplemente, hacer más.

H.U.R.T.O.

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