Adiós con el corazón…
Por Rubén López Pérez.
No se hizo esperar más de lo necesario y por fin se esclareció un gran tabú que teñía las políticas del ejecutivo español. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero no será candidato por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para las próximas elecciones generales que se celebrarán en 2012.
Desde mi punto de vista, a este asunto no se le debería haber dado la publicidad ni la magnitud que ha cobrado. Era un secreto a voces, solo que sin un pregonero que se atreviera a gritarlo. Con tan solo fijarse en el desgaste del presidente en la etapa final de su segunda legislatura, se podría esperar este final.
Un final, digo, lógico. No podría ser de otra manera después de un principio ilógico. Unas elecciones que daban vencedor al Partido Popular, pero que los atentados del 11 de Marzo de 2004 dieron la vuelta completamente a la tortilla. Y es que no han sido pocos los problemas con los que ha tenido que lidiar Zapatero. Asuntos críticos como el impacto de la crisis mundial en la economía española, o la siempre complicada presencia de ETA que desgastarían cualquier gobierno.
Pero el anuncio ya está dado y José Luis Rodríguez Zapatero se irá de La Moncloa. Ahora la pregunta que se hace todo el mundo, es ¿quién será el candidato socialista? Muchos seguidores del partido desearían que el sucesor fuera el Presidente del Congreso, José Bono, pero su continuo silencio y su posición, me hacen creer esta como una posibilidad muy remota. Los nombres que sí adquieren fuerza, son los del siempre presente Alfredo Pérez Rubalcaba, y el de una participante del juego de última hora, Carme Chacón.
Una invitada de última hora, porque el cambio en la opinión pública que ha conseguido la actual ministra de defensa, ha sido espectacular. Ha pasado de tener que convivir con las críticas acerca de que una mujer se hiciera cargo de la jefatura militar, a ser uno de los miembros del ejecutivo mejor valorados, lo que la convierte en una firme candidata a la presidencia.
Muchos escépticos pensarán que esta situación sería imposible, que una mujer se convirtiera en presidenta, pero ¿acaso no lo consiguió Barack Obama en una situación mucho más adversa? Lo que está claro es que este tema dará mucho de qué hablar hasta el día de los comicios. El miedo que corre ahora por las venas socialistas es que el anuncio cree cierta inestabilidad en el partido y que eso pueda tener consecuencias para la delicada situación por la que aún pasa España.
Para mí, la decisión es acertada y a partir de ahí, cada loco con su tema.
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