martes, 12 de abril de 2011

EL GRITO DEL MUERTO

EL ESPÍRITU DEL SUR

Domingo 10 de abril, un día cualquiera para todos, tal vez llamativo por el despliegue mediático que significo en clásico América contra Guadalajara, pero de ahí no pasaba, todo quedaba en eso, y aun en estos momentos en el que se esté leyendo este trabajo, muchos no se habrán dado cuenta de lo que paso hace muchos años un 10 de abril de 1919; el cruel deceso de Zapata, uno de los grandes hombres de principios y convicciones que vio por un futuro más justo para gran parte de los mexicanos.
Proveniente de una familia y un gremio bastante humilde y desfavorecido, Zapata comenzó a fomentar ese carácter rebelde que lo caracterizo por muchos años.
Contestatario ante las injusticias que otorgaba el régimen porfirista, favorecedor de los intereses de criminales llamados terratenientes, nunca agacho la cabeza y siguió adelante.
Con un fugaz paso por la escuela, pronto se tuvo que ubicar a labrar la tierra de su natal Morelos, formando parte de la Junta de Cuautla, de la que se encargo de reivindicar las tierras que les pertenecía a los campesino, perseguido y autoexiliado por algún tiempo, regreso para reforzar ese ideal y compromiso con los campesinos, así es como toma el mando de la Junta de Ayala y toma por la fuerza las tierras para repartirlas a los campesinos.
Indudable símbolo del movimiento agrarista que se estaba gestando en Morelos, se colocó como un pilar importante durante el levantamiento revolucionario convocado por Madero; la incompetencia de Madero (tras haber vencido a Díaz y ostentar el cargo presidencia) generó el descontento de Zapata y sus seguidores, al ver frustrada las demandas exigidas de reparto de tierras, elabora el Plan de Ayala; esta firmeza, valor y convicción lo llevo a él y al Ejercito Libertador del Sur a tomar las armas ante Madero.
Sin desistir un solo momento, Zapata combatió a Huerta (tras el asesinato de Madero), hasta derrotarlo junto con los constitucionalistas y villistas.
Los intereses de Zapata no se reducían a ostentar el poder presidencial, sino generan bases para una justicia social solvente para las clases desfavorecidas históricamente en México, principalmente los campesinos, mediante el acuerdo entre los diferentes sectores revolucionarios. Sin llegar a un acuerdo básico con los constitucionalistas, la lucha revolucionaria siguió, hasta el trágico día de su asesinato, ruin y artero fue privado de la vida en la hacienda de la Chinameca, en Morelos, la emboscada terminaría por quitarle la vida al líder agrarista.
La leyenda de Zapata no solamente se traslada a los logros y principios del líder agrarista, sino también a las múltiples historias que se generaron en torno a su supuesta muerte, en el que muchos aseguran que no murió en aquella trampa, hasta llegar a la imagen que representa hoy en día de la lucha agraria y la dignidad indígena que aun sigue desvalida.
Promovedor de los principios agrarios que hoy forman la reforma agraria del país, el espíritu rebelde que se  formo en su persona y en sus ideales de “Tierra y Libertad”, las raíces humildes y el espíritu de justicia y lucha social, crean en Zapata, no solo un héroe, caudillo y líder, sino una inspiración hacia un futuro más justo y equitativo para todos, recordando que el Zapatismo no ha muerto, ya que el Caudillo del Sur sigue cabalgando…


H.U.R.T.O.
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1 comentario:

  1. que bien que no te olvidaras de uno de los principales ideologos de la revolución, casi nadie se acuerda que el 10 de abril es aniversario de la muerte de zapata. imagino que si él volviera a nacer, y viera las condiciones en las que esta el campo, se volveria a morir de puro coraje. Como bien dices, la lucha por la justicia social debe continuar, muy bien chelis n_n fannia

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