Scream 4: ¡grita una última vez!
Por Emmanuel Espinosa Lucas.
Corría el año de 1996. Casey Becker (encarnada por la estrella juvenil del momento, Drew Barrymore), hacía palomitas en su casa mientras esperaba a su novio para ver una película (apuesto a que en una VHS). De repente el teléfono sonaba. Una voz aguardientosa le preguntaba a Drew si le gustaban las películas de terror, como si fuera un vaticinio del sangriento desenlace que le esperaba a la tierna e ingenua niña… Si usted, amigo lector de Columna17, recuerda esta famosa secuencia entonces: a) le tocó crecer en los tremendos 90, b) tiró las palomitas viendo la trilogía Scream y c) está esperando ansioso la cuarta parte, a estrenarse este mes.
Pero antes de escribir sobre el regreso de Ghostface (el nombre del asesino de la película), vayamos en retrospectiva. Cuando salió la primera parte de la saga el cine de terror se encontraba en una severa crisis. El slasher, tan explotado en los ochenta con cintas como Viernes 14, había caído en gracia entre los fans del horror al grado de que ya no asistían a las salas argumentando pan con lo mismo y mediocridad.
Fue hasta la aparición de Scream: Grita Antes de Morir (como se llamó en México), que esta clase de cine se renovó, se revitalizó y se reinventó. Wes Craven, responsable de esta y otras sagas del miedo, decidió que la nueva fórmula para traer chavitos a las salas era ofrecer un homenaje al mismo género, pero sin caer en los excesos de sangre y sexo. A cambio de ello, Craven ofreció héroes endebles, asesinatos llamativos, originales, y por fin, un villano humano. Aunque tardó en ser exitosa (a causa de su estreno cercano a Navidad), Scream se convirtió en el penúltimo parteaguas de las llamadas Horror Movies. La última es la saga de Saw¸ por si se lo preguntaban.
Así pues, este mes regresa la saga a nuestras salas con los protagonistas originales Neve Campbell, Courtney Cox y David Arquette, y se le suman nuevos talentos como Emma Roberts (la sobrina de Julia, nada más) y Hayden Panettiere (la porrista de Heroes). Han pasado catorce años desde la primera parte, por lo que las reglas de este cine han cambiado casi tanto como su público. Ahora, la generación IPod, acostumbrada a ver excesos de violencia hasta en la caja de cereal y adicta a la tecnología como si fuera un valium tamaño jumbo, será el juez que definirá si las reglas del cine de terror deben ser sepultadas o si dan la posibilidad de un reebot. Porque de todas formas Scream 4 busca eso: tener tantas secuelas como sea posible; al fin y al cabo, es una regla del género, ¿no? Esperemos hasta el 15 de abril para gritar una vez más.
Twitter: @vanofhesselink
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