Por HUR-T.O.
En pleno comienzo del 2011, las movilizaciones en Medio Oriente, en especial en el norte de África, han puesto al llamado continente negro de cabeza, de Túnez a Egipto, hasta las posibles protestas en Marruecos, Argelia, Mauritania, Yemen y hasta Jordania, creando un estado de alerta e incertidumbre en los gobiernos de estos países y sobre todo en las elites mundiales en materia económica, política y militar, tales como, Estados Unidos e Israel. Estados unidos, como paladín de la justicia y la democracia expresa nerviosismo, no ante las manifestaciones populares contra las dictaduras que sosegaban el libre empleo democrático que se han hecho presentes en Túnez y Egipto, ni mucho menos por los cientos que han muerto y los destrozos en todo el país, sino ante la posible emergencia de propuestas y gobiernos musulmanes que se pudieran posesionar del control político de estos territorios, primordialmente en Egipto debido a localización geográfica y su importancia política con yanquis y sionistas.
Por su lado Israel contempla con mayor perturbación la posible caída de Hosni Mubarak. Se preguntaran ¿por qué? y la respuesta es sencilla, ya que en el mandato de Mubarak desde hace años hasta estos días, ha proporcionado al estado israelí importantes lazos diplomáticos y apoyo, dentro de los que se encuentra la cooperación en el bloqueo en la zona perteneciente a la franja de Gaza ocupada por el grupo radical islamista Hamás; esto permitió que Egipto y particularmente el gobierno de Mubarak se convirtiera en un importante aliado en el mundo árabe para el gobierno israelí. Sin embargo, las revueltas que aún perseveran con fuerza en Egipto para derrocar al gobierno en turno representaría la posible ruptura de la única relación cordial entre el mundo árabe e Israel, posibilitando la entrada de grupos islamistas en el poder que anularían las garantías de paz entre ambos países y en que también se encontraría involucrado Estados Unidos, reconfirmando la hostilidad de los países islámicos con el gobierno yanqui.
Otro posible problema que se pudiera generar con el estado israelí y Egipto, es que si los islamistas toman el control -si es que se da la transición del gobierno de Mubarak- estos podrían apoyar de manera rotunda y total a las zonas de musulmanes en territorio israelí, debido a la cercanía entre ambos países; además acrecentaría la enemistad que por siglos se ha tenido entre musulmanes con Israel. El choque directo de culturas, creencias y gobiernos representaría una nueva crisis en medio oriente.
La moneda sigue en el aire y todo apunta a un cambio político, no sabemos si a favor o posiblemente desfavorable para Estados Unidos y primordialmente para Israel, pero lo que es seguro que ambos países comienzan a tomar sus precauciones y empiezan a mover sus piezas ante la infinidad de posibilidades que se puedan dar en los últimos días en el norte de África.
no tengo mas que decir... buena columna!!! ademas de que tus opiniones son claras, cumples con algo muy importante informar, en mi caso no estaba tan familiarizado con el conflicto en egipto y tu me haz puesto al corriente... bien!!!!!!!!
ResponderEliminarMuy buena Hurto, nos pones al tsanto de lo que sucede en Egipto sin pelos en la lengua
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