ENTRE AZUL Y BUENAS NOCHES...

LO “IN” SON LAS PRIVADAS

POR JOSE VARGAS.

El Presidente Felipe Calderón parece que dejó la bebida un ratito y se puso a trabajar. Preocupado por dar algo al pueblo mexicano en pleno “San Valentín” decidió dejar un regalito bastante envuelvo en papel “engaño”, deduciendo los impuestos ahora de las colegiaturas en preescolar, primarias, secundarias y educación media superior, que bien suena dicho obsequio ¿No creen? Como es de esperarse en estos casos, la noticia dio mucho de qué hablar.

Además de la tan sobada queja de que la noticia no es más que una cortina de humo con la que el gobierno pretende distraer al pueblo para crear nuevos impuestos. Fue cuando después de una conferencia con los medios de comunicación que tuvo el preciso, aclarando toda duda que se generó en el pueblo, mencionando entre líneas que los más beneficiados por este acuerdo serian aquellos que tuvieran más saliva, y que comieran mas pinoles, quien más que los ricos del país,  destacó que los alcances de la deducción tiene restricciones, ósea “¡Qué dice mi mama que siempre no!”: será efectivo cuando los pagos se realicen en escuelas privadas que cuenten con reconocimiento de validez oficial de estudios en términos de la Ley General de Educación, y tendrá como límite máximo un monto equivalente al costo promedio por alumno del sistema educativo público a nivel nacional en cada uno de sus niveles; me llama la atención ver que algunas personas que consideran la medida del Presidente como “un paso más para la privatización de la educación”, ¿Qué tan lejos estamos de esto?

Y entonces me pregunto yo ¿De verdad será algo sensato pensar que nuestro gobierno puede alguna vez mejorar la educación de los mexicanos?

A cada rato se señala lo pésimo del sistema educativo mexicano y ante los reclamos, los encargados del changarro “pupitrero”, sólo se les ocurre pedir más presupuesto. ¿Qué harán con tanto dinero dispuesto a mejorar la educación mexicana? ¡Claro!, ¿por qué no la pensé antes? Si Hidalgo es un claro ejemplo del cambio, ya que la Secretaría de Educación Pública dirigida por Mirna García López ha pensado primero en sus maestros y en quitarle lo “Guajolotes” con respecto a la tecnología, por ello compró 16 mil computadoras  para cada profesor del estado, todo con el pretexto. Supongo, de que los maestros no se queden rezagados en las redes sociales. Claro, ahora falta que les enseñen a usarlas, porque muchos de ellos solo sabrán cual es el botón de encendido y apagado. Si para gastar dinero a lo “Güey” son muy buenos y su especialidad es joder al pueblo, con esta decisión del presidente tendremos seguro una mejora en la economía, o ¿ustedes qué opinan? Eso sí,  ni mencionar nada con respecto a la calidad de la educación en México.

En otros tiempos, se pensaba que no era correcto que la iglesia tuviera el control absoluto de la educación, y la solución al problema fue dejar de idolatrar a la Virgencita de Guadalupe y sustituirla por ¡Benito Juárez! En otras palabras, cambiamos nada más de monopolio.

Quién sabe, tal vez sea hora de que vayamos pensando en construir un sistema educativo que no esté contaminado por el control gubernamental.

Yo por mi parte, pensando en la mediocridad, el vandalismo y la ignorancia que se destila en las escuelas públicas (por lo menos eso es lo que nos hicieron pensar en el gobierno federal), decidí que cuando tenga hijos los inscribiré en una escuela privada. Sólo me hace falta el último trámite para sacar la firma electrónica y así poder emitir comprobantes fiscales digitales en mi puesto de garnachas que tendré y ahora sí, hacer deducibles los gastos de colegiatura en mi declaración anual de impuestos.

Gracias señor Presidente. Me cae que usted es más fregón que la Señorita Laura.