EL NEGRITO EN EL ARROZ

La película más chafa de los últimos tiempos...

Por Monica Lechuga.

El cine mexicano tuvo sus momentos de gloria en la bien llamada "época de oro". Después de películas emblemáticas como las interpretadas por Pedro Infante, Jorge Negrete y María Félix, por mencionar solo algunos, vino una etapa de decadencia y mala producción cinematográfica y qué decir de las también emblemáticas películas del santo contra las momias donde se podía observar el hilo de los murciélagos o las de ficheras, en las que aparecía Carmen Salinas y otras más que ni para que mencionar, pero que de alguna manera son parte de la historia del cine mexicano.
 
A estas etapas tan marcadas les siguió una de muy poca o casi nula producción de películas, una etapa de decadencia, de mala calidad, hasta que aparece la llamada etapa del "nuevo cine mexicano" con películas de historias y producciones muy buenas como: Y tu mamá también, Amores perros, La ley de Herodes, Todo el poder, entre otras.

 
Y a pesar de que muchos amantes del cine defienden lo hecho, producido o actuado por mexicanos, en esta ocasión, la película “Viernes de Ánimas”, interpretada por Irán Castillo que comparte escenas con Pedro Rodman, Claudio Lafarga, Magda Guzmán, Luciana Gámez, Amador Granados, César Manjarrez, entre otros,  deja mucho que desear a los visitantes de las salas de proyección,  que casi vacías hacen lo propio en 100 confusos y desagradables minutos de una historia que ni los mismos actores se creyeron.

Aunque no todos los actores pueden juzgarse por igual, la actuación de Magda Guzmán que es la mejor de todas, es opacada por el resto de cosas malas que tiene el filme, como lo son la malísima producción, las deficientes locaciones y el casi nulo reparto.
 
La película que no tiene un buen principio ni un buen final mantiene al espectador al filo de la butaca pero no por buena, sino buscando las salidas de emergencia para poder escapar de tan aterradoras actuaciones y es que no es para menos por que la película presenta una historia en diferentes planos de tiempo y realidades irreales que al final de cuentas hacen de ella una pésima película de terror.
 
Lo único rescatable de esta película es que los cinéfilos que se aturdan con grandes cantidades de gente pueden ir tranquilamente, pues las salas venden tres o cuatro localidades para cada función de esta película, lo cual, incluso permite que alguna que otra parejita haga de las suyas sin perderse de gran cosa.

Lo único terrorífico de la cinta es precisamente eso, la cinta. En resumen,  es lo peor que se puede observar en las salas cinematográficas, nada recomendable y vergonzosamente mexicana.

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