Presunta Censura
Julieta Arias Vázquez
Presunto Culpable es un documental que, gracias a la gran polémica despertada, ha servido para que una gran cantidad de personas de este país se enteraran -ya sea en versión original o pirata- de las fallas del sistema penitenciario mexicano, y se generara un interesante debate en torno a él. La -presunta- censura ha causado, un efecto contrario al que -supuestamente- pretendía la censura: publicidad. Y es que en un mundo dominado por las redes sociales, nada se escapa a una -supuesta- censura.
La -presunta- censura vino de la mano de un recurso de amparo presentado por parte de uno de los testigos que participaron en el juicio, quien alegó que no autorizaba el uso de su imagen. La presión social fue tan grande, que incluso la jueza encargada del recurso consiguió tan sólo que se retirase la cinta de la cartelera un par de días. Desde casi todos los sectores sociales -incluso el político- se apreció la actuación de la magistrada como una censura por parte del Poder Judicial mexicano.
Pero analicemos un poco más los puntos polémicos que generó este debate en torno a la presunta censura, -así entendida por la mayoría de personas-. Al ser "presunta" basaré mi reflexión no sólo en datos, sino también en puras cábalas, hechas así mismo por muchos medios de comunicación.
La suspensión se da por una persona particular, que no autorizó su aparición en la película. En teoría la jueza aplicó la legalidad vigente. Así que, de tratarse de una censura, el Poder Judicial decidiría aprovecharse de este recurso de amparo para quitar la película de la cartelera. Otros piensan que incluso este recurso fue orquestado por ellos. También algún artículo de opinión apuntó que el querellante buscaba dinero con el recurso de amparo. Si existe alguna motivación de fondo a este recurso, será algo que nunca llegaremos a saber. Lo que sí está claro, es que existen intereses -contrapuestos- en relación a este film. El Poder Judicial estará molesto por la crítica. Pero es que parece que la única forma de reivindicar algo en este país es con un golpe mediático. Y es que los familiares de las personas injustamente encarceladas jamás podrían denunciar esta situación por ellos mismos.
El juicio de "Toño" fue grabado según el principio democrático de la audiencia pública. Por tanto no es necesaria la autorización de los que acuden a declarar para recabar su imagen. Por el contrario, se argumenta que la grabación del documental se hizo con fines comerciales. Sin embargo, si tenemos en cuenta que hasta ahora nunca se había filmado una de estas audiencias, la novedad representa, por tanto, una prueba fehaciente de lo que "ocurre dentro", muy necesario para la democratización de este país. Si al testigo se le hubiera grabado en la calle sería otra cosa. No hay que olvidar que el protagonista en carnes de la injusticia penitenciaria, Toño, no hubiera estado en esa situación si no fuera por las irregularidades policiales y por la declaración falsa del ahora quejoso. El que ahora presenta el recurso de amparo se queja de que sufre amenazas, sin embargo si no fuera por la actuación de los abogados que participan en la cinta, seguramente Toño seguiría en la cárcel. ¿Quién actuó aquí con dolo y mala fe?
Para defender el recurso del quejoso se habló del derecho a la intimidad -de una persona particular-, y ¿cómo es que tiene primacía el interés de un particular sobre el interés de una sociedad? Derechos y libertades fundamentales, son también las libertades colectivas de expresión y el acceso a la información. El pueblo tiene derecho a saber qué ocurre en las instituciones judiciales de este país. La única forma de que cambien las cosas, es primeramente, saber cómo funcionan. Presunto Culpable es un crudo y emotivo documental que no sólo muestra la realidad putrefacta del sistema penitenciario de nuestro país, sino que deja una puerta abierta a la esperanza, no solamente la esperanza que representa Toño, ya que si él lo consiguió, otros -si existiera un interés- también lo conseguirían; sino que además el halo de esperanza, va para con nosotros, los espectadores del documental, a quienes apela al final de la cinta: “Acabemos con la presunción de culpa en México”. “Haz algo”.
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