Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia: opinión de los disidentes
Julieta Arias Vázquez
Este pasado jueves 715 medios de comunicación mexicanos firmaron el "Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia", en el que se plantean una serie de medidas para ejercer la labor periodística ante la violencia desatada en nuestro país por parte del crimen organizado. Entre los medios firmantes se encuentran el duopolio televisivo Televisa y Televisión Azteca, Radio Fórmula, El Universal, Excésior, Milenio, o W Radio, entre otros.
Los que suscribieron esta medida se comprometen a informar con "responsabilidad social", a "actuar con "profesionalismo" y a apegarse "fielmente" a los hechos", protegiendo en todo momento a las víctimas y evitando que se haga "publicidad" del narco. Sin embargo, algunos de los medios no firmantes entienden esta medida como un intento de uniformizar la información y de hacer de ésta un vocero de la guerra antinarco de Calderón.
Carmen Aristegui, de Noticas MVS, presentó una mesa de debate sobre este tema con la participación de los periodistas Jenaro Villamil, Gerardo Albarrán y Miguel Ángel Granados Chapa.
Al periodista Jenaro Villamil le parece este Acuerdo "propio de una alianza política entre el gobierno y Televisa, contrario a los intereses de la sociedad". Su objetivo es "controlar a la opinión pública", y desde las televisoras, convertidas en "una especie de ministerio de la información", se pretende "armar a la opinión pública para cambiar la percepción", abriéndose una puerta "a la censura previa". A pesar de que al periodista Miguel Ángel Granados Chapa le parecen bien los temas del Acuerdo, que "parecerían el resultado de una autocritica"; argumenta que "lo que importa aquí no es la información, sino el generar una línea de pensamiento uniformado donde la mayor parte de la sociedad se subsuma a los intereses políticos", en vistas al "rotundo" fracaso de la estrategia de Calderón. Granados Chapa considera, además, que la constitución de un observatorio de observación es "como establecer un tribunal inquisitorial para decidir qué medios son políticamente correctos y cuáles no".
Veamos ahora la opinión de otros medios, que como MVS, no suscribieron el Acuerdo. Jenaro Villamil, opina al respecto, que se criminalizará a los medios disidentes, ya que se les acusará de "hacerle propaganda al crimen organizado". Uno de los periódicos mexicanos más golpeados por la violencia del narco es El Diario, de Ciudad Juárez. Pedro Torres Estrada, subdirector de este medio, sospecha que “detrás de todo esto están las manos del Gobierno”. Luis Javier Valero Flores, articulista de El Diario, opina también que se trata de un intento de uniformizar la información, y que "esconde la pretensión de censurar la información generada por las acciones del crimen organizado y las cometidas por las dependencias gubernamentales en la “guerra” lanzada contra ellas". El periodo juarense argumenta además en su editorial que "la realidad de Juárez no es la misma que la de otras ciudades del país".
Otro medio no firmante ha sido La Jornada, el cual entiende el Acuerdo también como un intento uniformizador de criterios editoriales, ya que busca una suerte de verdad única en torno a una circunstancia nacional llena de ambigüedades, zonas grises, hechos que resultan incomprensibles con base en las versiones oficiales y una legalidad vulnerada por las organizaciones delictivas, pero también por las dependencias públicas".
El semanario Proceso tampoco ha suscrito el Acuerdo. El semanario publicó esta semana su opinión acerca del Acuerdo en el que cita al periodista y sociólogo Raúl Trejo Delarbre, quien añade un nuevo elemento al debate; al afirmar que el Acuerdo "responde a los intereses empresariales" de las televisoras, ya "que necesitan legitimación en momentos que se enfrentan al Grupo Carso". Según el periodista "Calderón parece haber logrado uno de sus objetivos: aliarse con el sector de la prensa mexicana en su lucha contra el narcotráfico", ya que su popularidad ha bajado y "se incrementó la percepción ciudadana en cuanto a la violencia". Proceso cita la reunión del presidente Calderón con embajadores el pasado 6 de enero, donde "los instruyó" para que hablaran bien de México, diciendo que "hay un problema de percepción" cuando se difunden materiales en cuanto a la violencia.
Los artículos y editoriales de los medios firmantes apenas varían unos de otros, dando una opinión favorable frente al Acuerdo. Por ejemplo, El Universal, replica a los disidentes en un artículo de Gabriela Warkentin que "quienes gritan censura! Padecen de brújula extraviada", ya que "mostrar el cuerpo destazado" es "sólo exhibicionismo".
Ya veremos, pues, a partir de ahora, cómo serán las informaciones sobre la delincuencia organizada que aparecerán en los medios firmantes. Por lo de pronto parece que Televisa no ha cumplido este acuerdo, ya que un noticiario matutino del día 26 muestra la imagen de un hombre ejecutado y un narcomensaje.
Lo que hace a una sociedad democrática es la coexistencia de varias corrientes de opinión. Por lo tanto, positivo para la democracia es también que algunos medios se hayan negado a suscribir este Acuerdo. La cobertura, será sin duda, distinta para los firmantes y no firmantes. Pero los límites del Acuerdo no podrán llegar nunca a lo que se ha convertido ya en el periodismo ciudadano de nuestro siglo: las redes sociales.
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