PLAY

PRESUNTO CENSURADO

Por Emmanuel Espinosa.

El pasado miércoles 2 de marzo, Blanca Lobo, titular del juzgado 12 en materia administrativa, emitió una orden para retirar el documental Presunto Culpable de 200 salas de cine a nivel nacional. El argumento de Lobo fue que la proyección de este filme afecta la imagen e intereses de Víctor Manuel Reyes Bravo, sujeto que aparece en la cinta.  La juez (o jueza, como usted prefiera) citó a los responsables del proyecto, Roberto Hernández y Nayda Negrete, a audiencia para el 11 de marzo con el objetivo de definir el futuro de la situación.  El lunes 7 de marzo la cinta fue quitada de carteleras en un acto que no sólo censura al trabajo de Hernández y Negrete, sino también la libertad de expresión. El martes 8 afortunadamente se revocó la decisión, pero parece un cuento de nunca acabar.

El documental, que a la fecha ha conseguido la asistencia de 480 mil espectadores y 43 millones de pesos en su recaudación, narra el juicio de José Antonio Zuñiga, acusado de un crimen que no cometió. Así mismo expone la ineficacia del sistema judicial mexicano.  Es, como se dice en jerga: “un garbanzo de a libra”. Desgraciadamente para las autoridades, específicamente en materia judicial, representa un dolor de cabeza que sólo la maldita  censura puede sanar, demostrando que nuestros servidores públicos, aparte de ineptos y corruptos, son unos trogloditas a favor de un régimen antiguo que los favorece endiosándolos como “emisarios de la Constitución”. 

A pesar de que diferentes organismos y figuras de influencia nacional, como la primera dama de México, Margarita Zavala, mostraron su desaprobación ante la decisión de Lobo, poco se pudo hacer ante este acto de vil censura. La cadena Cinépolis, productora y principal distribuidora de la cinta, apeló la decisión de Lobo por la vía legal. Aún así, la empresa de cines no tuvo el eco y peso suficiente hasta que las cadenas de medios aplicaron su poder para influir a las personas a protestar contra esta prohibición.

Presunto Culpable es uno de esos muchos ejercicios que muestra que el poder judicial merece un cambio, una renovación. Si bien no es tan brillante como Una Verdad Incomoda u Operación Delfín (dos de los documentales más importantes de la década pasada, por lo menos muestra que el verdadero culpable es el sistema que encierra inocentes al por mayor y libera a culpables sin el menor pudor. Blanca Lobo sólo es un chivo expiatorio para darle rostro a un poder judicial expuesto y ridiculizado que busca venganza. El documental pasa a formar parte del club de filmes mártires a los que Gobierno teme como Rojo Amanecer y La Ley de Herodes (censuradas en su momento), y la todavía enlatada Lázaro Cárdenas. Ojalá y las autoridades se den cuenta a tiempo del craso error que cometen y que reflexionen sobre la verdadera justicia, aquella que lleva al respeto, el orden y la tolerancia,  y la idiotez chicharronera que dicen llamar justicia.

vanderlukas@hotmail.com     

Twitter: @vanofhesselink