martes, 8 de marzo de 2011

¿QUÉ LE DUELE AL MUNDO?

Nomás por ser mujer, indígena y pobre… ¡faltaba más!

Por Fannia Cadena.
A propósito del día internacional de la mujer, en la clase media y media alta, es donde hay más mujeres golpeadas. La mayor discriminación hacia el género femenino se da en el trabajo y… ¡en la familia! Hoy el país tiene una sola gobernadora, Ivonne Ortega Pacheco, en el estado de Yucatán y en la UAEH jamás se ha hablado de una rectora que guie a la máxima casa de estudios.
Pasadas las congratulaciones en su día y la exaltación del género femenino, las mujeres regresan a la vida de discriminación y sumisión a cual están acostumbradas, a pesar de los supuestos avances en equidad de género. Basta decir que todos los abusos hacia el sector más vulnerable de la población, son originados por la sencilla razón de que son mujeres, indígenas y pobres.
Aunque se crea un problema ya superado, las viejas costumbres de las mujeres abnegadas y hombres machistas persisten en todas las esferas sociales; así lo demostró la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2010 (ENADIS), con estadísticas que reflejan la discriminación contra la mujer.
Según las estadísticas de esta encuesta, un porcentaje alto de los hombres, 23%, aseguraron que las violaciones a mujeres son porque ellas quieren, 15% dijeron que no hay que gastar en la educación de las hijas porque se casan y sólo fungen como amas de casa, -porcentaje muy bajo, evidentemente es más del 15 por ciento- y 21% consideró que la mujer tiene menos capacidad para desempeñar cargos importantes.
Contradictoriamente, 90 por ciento de la población masculina cree que negarle el empleo a una mujer embarazada es discriminarla, 85% esta de acuerdo que se le pague su incapacidad en caso de estar embarazada, alrededor del 84% sí respeta a una mujer que quiere ser soltera y 96% dijo que es inaceptable que se le pegue a una mujer.
En rubros los que se pensaba que ya se había alcanzado la igualdad, resulta que en educación, 24 por ciento de las mujeres entre 15 y 19 años no estudia ni trabaja (según la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica 2009). En cuanto al trabajo doméstico: las mujeres de 12 años en adelante dedican 84% de su tiempo al trabajo en su hogar (Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo, 2002). En cuanto a remuneración: 42% de las mujeres que trabaja sólo recibe un ingreso de hasta dos salarios mínimos.
Es cierto que la discriminación hacia la mujer prevalece en todos los sectores de la sociedad y sobre todo en las mentes más misóginas, pero las mujeres contribuyen en gran parte a que su trabajo sea menospreciado y que no sean tomadas en cuenta. Una tarea bien desempeñada podría considerarse el que está bien hecho y no se sabe si lo hizo un hombre o una mujer.
No obstante, la mayoría de las féminas se empeñan en hacer más “femenina” su labor agregando adornos. O si realizan sus actividades en oficinas, su interés se centra en las relaciones sociales y sentimentales que hay en su lugar de trabajo: “chisme, chisme”. Esto representa un obstáculo en la lucha por la equidad de género.
Hasta el momento, 39.8 por ciento de las mujeres pide permiso a sus esposos para salir sola en la noche, y 8.6% pide permiso a su pareja para tomar anticonceptivos, lo que demuestra el deterioro de la libertad y autonomía del también llamado “género débil”. Es inconcebible que en tiempos en que se ha alcanzado un nivel de nación democrática, laica y libre, 27% de la población esté de acuerdo con que a la mujer se le castigue por haber abortado.
El abuso y la falta de oportunidades para las mujeres se deben a las prácticas no incluyentes y a prejuicios culturales que se mantienen en la sociedad. Habría que preguntarse, luego de celebrar el día de la mujer, ¿qué tanto se ha logrado y cuanto falta para alcanzar una equidad de género real?
Twitter: @maidenfannia
facebook: Fannia Cadena

1 comentario:

  1. Muy bien. Una columna completa, cierra con un cuestionamiento, pretende crear algo en el lector, hay datos duros, nos mete en la realidad del país.

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