ZONA D

Mi amiga Lesbi-Ana

Por: Erick Zombie

Hola, bienvenidos una semana más a Zona D. Para comenzar agradeceré a todos los  que han visitado Columna17 y más aún, agradecer a todas aquellas persona que se han tomado la molestia de leer cada columna y poner su comentario de agrado o desagrado; apreciamos de sobre manera el tiempo que han prestado.

Todo chico homosexual tiene una mejor amiga, claro, heterosexual, con quien comparte secretos de todo tipo, con quien habla bien de hombres y mal de las mujeres, con quien comparte experiencias sexuales, con quien critica la estupidez de los hombres, con quien habla abiertamente de lo complicado que es la vida y las relaciones, etc.

Esa es una buena mancuerna, pues las mujeres ven en un amigo gay un gran tesoro. Ambos salen de ‘shopping’ y funcionan perfecto como asesores de modas, sin la crítica ruda y envidiosa de una mujer. Juntos pueden ser directos y hablarse con la verdad, decirse qué se les ve bien y qué se les ve mal. Pero…¿Qué pasa cuando tu mejor amiga heterosexual pasa a ser lesbi-ana?

¡¡Wooow!! Pues de primera, pasa a ser un shock impresionante, pues a quien tú creías la mujer más mujer del mundo que ama y adora a los hombres, que pasa arreglándose frente al espejo pares de horas para gustarle al lolito del colegio, que se la pasa cuatro de cinco horas llorando a moco tendido por el tipo que no la pela, que no deja de criticar el pene del ‘cuerazo’ con el que se acostó la noche anterior; resulta que ahora le gustan las ‘gomas’ femeninas, que prefiere compartir con su pareja las toallas sanitarias y que le encanta peinar a su novia de dos colitas al despertar por la mañana.

Digo, no es que sea anormal o espante, pues si no encontró amor o mejor sexo en un hombre y una mujer le hace feliz, perfecto, pero es extraño empezar a notar que esa mejor amiga deja a un lado maquillaje, ropa fashion, aretes y peinados con tintes coloridos y empiece a descuidar su físico y su manera femenina de actuar. Sí es para echarlo a deber.

Como en todo existen ventajas y  deterioros. Una ventaja es que antes, la amiga acompañaba a su amigo homosexual a los antros gays, obvio ella sin ligar y aburrida o simplemente cada quien salía por su parte. Ahora ambos podrán salir a ligar al mismo antro. Una desventaja que me parece importante es la calidad de las pláticas, creo que se reducen y hacen limitadas, y a la hora de platicar las vivencias sexuales las miradas incómodas o de incertidumbre se hacen presentes pues mientras que el chico gay habla de penes, la mujer hablará de vaginas, cosa que un hombre gay desconoce.

Es admirable, por otra parte, que haya mujeres lesbianas y den ese gran paso, que se acepte y hasta bromeen  de su ‘nueva’ condición sexual, pues una vida lésbica, en ese caso,  no es tan fácil como decidir ponerse un vestido rojo o morado.

Esta columna de hoy no es para criticar a lesbi-anas que parecen marimachos, que están refundidas en el armario, que siempre han sido lesbianas o hace un par de meses se dieron cuenta; este texto que dice es un reconocimiento público a ellas, que tiene el valor de ser mujeres, de poder amar a una semejante y de lidiar con las complicaciones de amigos gays, es también una defensa a la condición sexual que más que eso, es querer encontrar el amor en los brazos de una persona sin sexo.

Gracias por estar con nosotros una vez más. Les deseo un excelente inicio de semana y un resto de día increíble. Nos estaremos leyendo la siguiente semana. Mucho éxito. Bloggeros, Facebookeros y Twitteros coméntenos y compártanos en sus rede sociales si les gusta.

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