martes, 29 de marzo de 2011

MADE FROM SPAIN

ETA: Marca registrada

Por Rubén López Pérez.
La verdad, ya me pierdo con las distintas denominaciones que en los últimos tiempos está dando a conocer la “izquierda abertzale”. Si hace años era ya archiconocida (e ilegalizada) Batasuna de Arnaldo Otegui, hace apenas unos meses se dio a conocer con una nueva marca, Sortu que en euskera significa “nacer”. Una nueva fórmula política que intentaba conseguir la legalización necesaria para poder presentarse a las elecciones locales del 22 de mayo a través de una tímida condena al terrorismo de ETA.
No fue así y el Tribunal Constitucional, la declaró ilegal. Hecho que produjo la exclamación por parte de este colectivo, del típico refrán: “mi gozo en un pozo”. Es tanto así, que Sortu busca una nueva marca para su gran objetivo, ya que con la resolución del Tribunal, aún con el recurso presentado, en ningún caso se resolvería antes del ya cercano 22 de mayo.
La marca la ha encontrado y no es otra que Bildu, o “reunir” traducido al castellano. Como bien se puede deducir, esta nueva estrategia trata de impulsar una alianza con otras fuerzas políticas afines para burlar la ilegalización y así lograr estar presentes en los comicios electorales. Esto es sin duda alguna un nuevo episodio del juego del “tira y afloja” que se juega entre el Gobierno y ETA. Un juego que ya lleva muchas partidas en su haber y todas comparten un final similar al del Monopoly, ninguno.
Además, no sobra mencionar que quizá no sea momento para estos trucos políticos y judiciales, después de los documentos que el diario “El País” publica estos días en sus páginas. En ellos, se están dando a conocer datos e información acerca de los procesos de acercamiento entre los distintos ejecutivos españoles y la banda terrorista. Un archivo que salpica tanto a una parte como a la otra.
Los datos sobre el “Caso Faisán” (el chivatazo de la policía a la división de extorsión terrorista sobre la operación de detención que estaba en marcha), o las conversaciones entre el ya recluso “Thierry” (jefe de la cúpula militar de ETA) y los representantes del Estado, están revolviendo las aguas del proceso que, según quiere dar a entender ETA, supondría el fin de la violencia en España.
Al menos, se ha sabido que de todas las supuestas concesiones que el Gobierno del Partido Socialista pactó con ETA, no cumplió ninguna. Un punto del que no puede presumir el Partido Popular, que ahora desde su papel de oposición, critica sin cuartel la política antiterrorista del PSOE. Parece haber olvidado que en su “tregua” excarceló a 180 etarras, 135 presos más fueron acercados a Euskadi, disminuyeron las detenciones y se invitó a volver a 304 prófugos.
Definitivamente, si ETA quiere que su brazo político esté presente en las elecciones, deberá anunciar el fin de la violencia y dejar las armas, pero hasta entonces, seguiremos con la partida de Monopoly.

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